Al sancionarse la nueva ley de TPP de reciclado en el país, el Senado de la Nación destacó el emprendimiento laboral del Taller Protegido Necochea, de la Asociación Todo para Ellos, destinado al cui
dado del medio ambiente y sostenimiento de puestos de trabajo adecuado para jóvenes discapacitados.
El sistema desplegado por el establecimiento que tiene a Mónica Pissarro como directora, comprende a 42 jóvenes con discapacidad, quienes recuperan los envases de PET (tereftalato de polietileno), un plástico 100 por ciento reciclable.
Según se indicó, hasta hace poco, el destino de ese material recuperado era exclusivamente la exportación y China el principal destino. En ese país se lo convertía en fibras de poliéster, materia prima para la industria textil, siendo los buzos de polar los exponentes más genuinos del uso del plástico reciclado.
La industria local fue incorporando en forma paulatina este material con el que hoy se fabrican desde escobas plásticas hasta bandejas, blisters, envases para alimentos frescos, fibras textiles y hasta ladrillos y vigas.
Desde principios de la década del ´90, cuando comenzaron a impulsarse programas de recolección diferenciada de residuos en el interior del país, el interés por recuperar las botellas y destinarlas al reciclado comenzó a crecer.
Evolución
El Taller Protegido Necochea, que es uno de los servicios de la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado Todo para Ellos, se encuentra trabajando desde 2003, habiéndose adelantado a la ley provincial 13.592, promulgada en diciembre de 2006, la cual tiene como objetivo fijar los procedimientos de gestión de los residuos sólidos urbanos, de acuerdo con la ley nacional 25.916 de presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión integral de residuos domiciliarios. Esta norma menciona el “aprovechamiento económico de los residuos, tendiendo a la generación de empleo en condiciones óptimas de salubridad como objetivo relevante, así como la participación social en todas las formas posibles y en todas las fases de la gestión integral de residuos sólidos urbanos”.
Directivos del establecimiento educativo sostuvieron que los operarios participan activamente en la difusión del emprendimiento en la comunidad, elogiando a la comunidad porque “respondió positivamente” y, además, por interpretar que ha dejado de arrojar los envases de plástico a la basura, entendiendo que se trata de un recurso recuperable. Por esta razón, los envases son acercados a los contenedores dispuestos en la vía pública, desde donde el personal municipal lo transporta al Taller Protegido, lugar en el cual se lo clasifica y se lo enfarda para su comercialización.
Los operarios discapacitados aprendieron a valorizar los distintos envases y sus tapas, según el tipo de plástico y color. Una vez seleccionados, se embolsan las tapas y se enfardan las botellas para comercializarlas, generándose así una retribución económica que permite sostener los 42 puestos de trabajo adecuados a la capacidad de los jóvenes. ///
Responsabilidad y habilidades
Los operarios del Taller Protegido Necochea trabajan con esmerada responsabilidad y esperan ansiosos la llegada de los envases aportados por los vecinos, al tiempo que se observa que han desarrollado destrezas y habilidades para realizar el trabajo en forma adecuada y eficaz, de modo que están aptos para procesar mayor cantidad.
El material aportado merma durante el invierno, época en la que se efectúan otras producciones en pequeños grupos, como artesanías, elaboración de mermeladas y confección de bolsas de polietileno.
Los directivos del establecimiento insisten con reconocer a la población porque “demuestra su gran compromiso” al responder positivamente a las campañas de difusión.
De este modo, se logra la colocación selectiva de los operarios discapacitados en auténticos puestos de trabajo remunerados y se implementa una gestión de residuos plásticos para que causen el menor impacto ambiental posible.
Se favorece la conservación del ambiente minimizando la fracción de residuos que terminan en la disposición final, a la vez que se incentiva la participación y concienciación de la comunidad en lo relacionado con el medio ambiente. //
FUENTE ECOS DIARIOS
El sistema desplegado por el establecimiento que tiene a Mónica Pissarro como directora, comprende a 42 jóvenes con discapacidad, quienes recuperan los envases de PET (tereftalato de polietileno), un plástico 100 por ciento reciclable.
Según se indicó, hasta hace poco, el destino de ese material recuperado era exclusivamente la exportación y China el principal destino. En ese país se lo convertía en fibras de poliéster, materia prima para la industria textil, siendo los buzos de polar los exponentes más genuinos del uso del plástico reciclado.
La industria local fue incorporando en forma paulatina este material con el que hoy se fabrican desde escobas plásticas hasta bandejas, blisters, envases para alimentos frescos, fibras textiles y hasta ladrillos y vigas.
Desde principios de la década del ´90, cuando comenzaron a impulsarse programas de recolección diferenciada de residuos en el interior del país, el interés por recuperar las botellas y destinarlas al reciclado comenzó a crecer.
Evolución
El Taller Protegido Necochea, que es uno de los servicios de la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado Todo para Ellos, se encuentra trabajando desde 2003, habiéndose adelantado a la ley provincial 13.592, promulgada en diciembre de 2006, la cual tiene como objetivo fijar los procedimientos de gestión de los residuos sólidos urbanos, de acuerdo con la ley nacional 25.916 de presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión integral de residuos domiciliarios. Esta norma menciona el “aprovechamiento económico de los residuos, tendiendo a la generación de empleo en condiciones óptimas de salubridad como objetivo relevante, así como la participación social en todas las formas posibles y en todas las fases de la gestión integral de residuos sólidos urbanos”.
Directivos del establecimiento educativo sostuvieron que los operarios participan activamente en la difusión del emprendimiento en la comunidad, elogiando a la comunidad porque “respondió positivamente” y, además, por interpretar que ha dejado de arrojar los envases de plástico a la basura, entendiendo que se trata de un recurso recuperable. Por esta razón, los envases son acercados a los contenedores dispuestos en la vía pública, desde donde el personal municipal lo transporta al Taller Protegido, lugar en el cual se lo clasifica y se lo enfarda para su comercialización.
Los operarios discapacitados aprendieron a valorizar los distintos envases y sus tapas, según el tipo de plástico y color. Una vez seleccionados, se embolsan las tapas y se enfardan las botellas para comercializarlas, generándose así una retribución económica que permite sostener los 42 puestos de trabajo adecuados a la capacidad de los jóvenes. ///
Responsabilidad y habilidades
Los operarios del Taller Protegido Necochea trabajan con esmerada responsabilidad y esperan ansiosos la llegada de los envases aportados por los vecinos, al tiempo que se observa que han desarrollado destrezas y habilidades para realizar el trabajo en forma adecuada y eficaz, de modo que están aptos para procesar mayor cantidad.
El material aportado merma durante el invierno, época en la que se efectúan otras producciones en pequeños grupos, como artesanías, elaboración de mermeladas y confección de bolsas de polietileno.
Los directivos del establecimiento insisten con reconocer a la población porque “demuestra su gran compromiso” al responder positivamente a las campañas de difusión.
De este modo, se logra la colocación selectiva de los operarios discapacitados en auténticos puestos de trabajo remunerados y se implementa una gestión de residuos plásticos para que causen el menor impacto ambiental posible.
Se favorece la conservación del ambiente minimizando la fracción de residuos que terminan en la disposición final, a la vez que se incentiva la participación y concienciación de la comunidad en lo relacionado con el medio ambiente. //
FUENTE ECOS DIARIOS
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