Nuevamente llega la época de discutir presupuesto universitario, y en este diciembre nos encontramos con cifras que presagian augurios oscuros para el 2013. No son pocas las “auto alabanzas” que n
os llegan por radio, TV u otros medios de comunicación toda vez que el gobierno nacional se jacta de sus políticas “progresistas” en el ámbito de la educación pública. Pero la realidad se impone y hace ese discurso insostenible. Pocos meses atrás, por dar un caso, nos encontramos con la intención de avanzar en la reducción del 47% de las becas de ayuda económica (de 18.739 en 2012 a 10.000 para 2013) y el 55% para las llamadas carreras prioritarias (de 27.424 en 2012 a 12.296 para 2013). Esto no hace más que desnudar el doble discurso mantenido por el gobierno kirchnerista, que disfraza con un barniz progresista una batería de políticas gubernamentales distan de ser tales. Fue el movimiento estudiantil organizado quien pudo poner un parate a esta medida, pero los recortes contra la educación pública continúan. La forma que toma ahora la política de ajuste es la puesta de la planilla B del presupuesto nacional a merced de la voluntad discrecional del Jefe de Gabinete de Ministros. Se acentúa así la lógica clientelista de asfixiar presupuestariamente a las universidades que manifiestan cualquier tipo de disenso con el relato oficial, mientras se premia a rectores adictos y sumisos. Se vulnera, de paso, la autonomía universitaria, obligando a las universidades a someterse a la lógica del poder político de turno. Ni que hablar de los proyectos de LES cajoneados en el congreso sobre los que no ha habido voluntad política para avanzar con contundencia. Pero lejos está esto de ser incoherente con las políticas del oficialismo en general: mientras se recorta en educación, los sectores más postergados de nuestra sociedad son flagelados por el descontrol de la inflación; mientras se es coercitivo con las decisiones políticas de las universidades a través este “nuevo esquema” de distribución de la planilla B, se usan los fondos públicos en forma discrecional para condicionar las autonomías provinciales, dejando en el olvido al federalismo que celebra nuestra constitución. Se mantiene el doble discurso en todos los ámbitos. “Coherentes en su incoherencia”, se podría decir.
Este contexto indefectiblemente lleva a las Universidades a una difícil situación en la cual la miseria presupuestaria y la incertidumbre futura son el caldo de cultivo para la generación de encarnizadas disputas en torno al reparto de los escasos fondos que efectivamente llegan. Y aquí nos encontramos hoy y ante esto sentamos posición: de los distintos sectores que formamos parte de la comunidad universitaria, es sobre el claustro estudiantil sobre el que pesa con más fuerza la crisis económica. Estudiantes que deben trabajar, muchas veces por la imposibilidad de sus familias de sustentarlos durante la carrera; que vienen de otras ciudades y tienen que afrontar el costo de un alquiler a precios astronómicos; que tienen que tomar dos o cuatro colectivos por día para llegar a la Facultad en un sistema de transporte paupérrimo que aún no contempla el Boleto Universitario, y una larga lista de etcéteras.
Ante esto, desde la conducción de la Federación Universitaria Marplatense, queremos hacer expreso nuestro repudio hacia las políticas educativas de este gobierno. En particular a que se descargue sobre la educación el precio de un modelo económico y político que hace rato que viene dando muestras de estar agotado, y que castiga a los sectores más postergados de nuestra sociedad, con el tupé de un discurso progresista que día a día es rebatido por la contundencia de lo que pasa. Al mismo tiempo, consideramos fundamental que no sean los estudiantes los que carguen con el costo de este ahogo presupuestario. Exhortamos a que la Universidad Nacional de Mar del Plata realice los esfuerzos necesarios para que las políticas de bienestar estudiantil, expresadas en las becas de ayuda económica, el subsidio al comedor universitario, las becas de materiales, etcétera, sean mantenidas pese a esta realidad presupuestaria de manera prioritaria.
MÁS PRESUPUESTO PARA LA EDUCACIÓN PÚBLICA PARA UNA UNIVERSIDAD COMPROMETIDA Y DE EXCELENCIA AL SERVICIO DE NUESTRO PUEBLO.
Frente Universitario Popular y Progresista, conducción de la FUM
Este contexto indefectiblemente lleva a las Universidades a una difícil situación en la cual la miseria presupuestaria y la incertidumbre futura son el caldo de cultivo para la generación de encarnizadas disputas en torno al reparto de los escasos fondos que efectivamente llegan. Y aquí nos encontramos hoy y ante esto sentamos posición: de los distintos sectores que formamos parte de la comunidad universitaria, es sobre el claustro estudiantil sobre el que pesa con más fuerza la crisis económica. Estudiantes que deben trabajar, muchas veces por la imposibilidad de sus familias de sustentarlos durante la carrera; que vienen de otras ciudades y tienen que afrontar el costo de un alquiler a precios astronómicos; que tienen que tomar dos o cuatro colectivos por día para llegar a la Facultad en un sistema de transporte paupérrimo que aún no contempla el Boleto Universitario, y una larga lista de etcéteras.
Ante esto, desde la conducción de la Federación Universitaria Marplatense, queremos hacer expreso nuestro repudio hacia las políticas educativas de este gobierno. En particular a que se descargue sobre la educación el precio de un modelo económico y político que hace rato que viene dando muestras de estar agotado, y que castiga a los sectores más postergados de nuestra sociedad, con el tupé de un discurso progresista que día a día es rebatido por la contundencia de lo que pasa. Al mismo tiempo, consideramos fundamental que no sean los estudiantes los que carguen con el costo de este ahogo presupuestario. Exhortamos a que la Universidad Nacional de Mar del Plata realice los esfuerzos necesarios para que las políticas de bienestar estudiantil, expresadas en las becas de ayuda económica, el subsidio al comedor universitario, las becas de materiales, etcétera, sean mantenidas pese a esta realidad presupuestaria de manera prioritaria.
MÁS PRESUPUESTO PARA LA EDUCACIÓN PÚBLICA PARA UNA UNIVERSIDAD COMPROMETIDA Y DE EXCELENCIA AL SERVICIO DE NUESTRO PUEBLO.
Frente Universitario Popular y Progresista, conducción de la FUM
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