Recientemente, la joven necochense, Sol Pereyra Dabadíe, alumna de la Escuela Municipal de Danzas Clásicas participó del Gran Panamericano de Danza que se llevó a cabo en Buenos Aires, donde obtuvo numerosos premios. Entre ellos 1º Premio en Coreografía (de la profesora Luisa Pérez; 1º Premio en Danza Moderna; 2º Premio en Danza Clásica y además recibió un trofeo a la Mejor Intérprete.
Organizado por la Confederación Interamericana de Profesionales de Danza, se desarrolló en el Teatro IFT, con importante cantidad de bailarines de todo el país.
En diálogo con Ecos Diarios, Sol Pereyra Dabadíe manifestó que “ya conocía quien lo organizaba y me fije en el calendario de eventos, a dónde podía viajar y que me quedara cerca, y tuve la posibilidad en Buenos Aires”.
La preparación fue muy intensa, durante un mes, donde el esfuerzo y dedicación fue full time.
“Pedí ayuda a mi profesora Patricia Aloe en clásico y a Luisa Pérez en contemporáneo”, comentó.
En primer término se presentó con danza Contemporánea, en el lugar 78, pero aclaró que había 142 coreografías y duró más de doce horas.
En tanto, en Danza Clásica, estuvo en el lugar 89.
Al respecto, Sol dijo que “si bien, sabía que iba a ser un gran evento, no
me imaginaba semejante cantidad de bailarines”.
Al mismo tiempo, aseguró que “no me imaginaba ganar ningún premio, solamente fui porque tenia ganas de bailar, de tener otra experiencia, conocer gente y estar en otro escenario”.
Sin lugar a dudas, la sorpresa se la llevó cuando la nombraron para recibir los premios. “Mi mamá me acompañó y cuando estábamos las dos sentadas en la tribuna y dijeron mi nombre, nos miramos y no lo podíamos creer”, recordó con una sonrisa en su rostro.
Disfrute
“Estaba nerviosa mientras esperaba detrás del telón y cuando me nombraron, pero cuando se iluminó el escenario y empezó a sonar la música, se me pasó y disfruté cada instante”, aseguró la joven bailarina.
A la hora de ser evaluada señaló que “el jurado estaba en el pullman donde se veía mucho mejor”.
Añadiendo que “una vez que terminaron todos los competidores de bailar, hicieron un receso donde el jurado deliberó y empezaron a decir todos los premios”.
En este sentido recordó que “mientras estaba en el teatro le mande un mensaje a mi profesora Luisa porque competí con el diseño de la coreografía de ella y ganó, entonces le avise de la buena noticia”.
Al mismo tiempo, añadió que “detrás de las bambalinas no conocía a nadie pero al mismo tiempo pude hacer contacto con mucha gente que se presentó de otras escuelas y grupos de danzas”.
Con esta experiencia, Sol planea poder presentarse en otros certámenes. “Me encantó lo que viví y a penas llegué a mi casa me fije el calendario de fechas donde podía presentarme”, dijo.
Igualmente reconoció que tiene que tomarse un receso. “Tengo las piernas lesionadas y es necesario que pare un tiempo, para recuperarme. La idea es prevenir para que no se haga una lesión mas grande”, expresó.
Dedicación
Sol Pereyra Dabadíe empezó a bailar a los ocho años, en el Instituto de Danza de Cecilia Risso.
“Mi mamá me incentivó de chica y a los cinco años me llevaba, pero me daba miedo una profesora y no me gustaba quedarme, hasta que empezó una amiga y quise arrancar. Fuimos las dos juntas y hasta el día de hoy seguimos bailando”, manifestó Sol.
A partir de los trece, se inició con la danza clásica y desde el año pasado está tomando clases en la Escuela Municipal de Danzas Clásicas, con su coordinadora Lila García, la profesora Luisa Pérez, Patricia Aloe y el preparador físico Marcelo Facal.
A sus 17 años tiene en claro que la danza es su camino en la vida y para ello tiene previsto estudiar el Instituto Universitario Nacional de Arte, en Buenos Aires.
Al respecto puntualizó que “ahora me resta terminar el secundario y luego rendir en febrero, el examen eliminatorio para la Licenciatura en composición coreográfica”.
Añadiendo que “para el verano me espera una semana de clases intensas de clásico y contemporáneo”.
Por otro lado, reconoció que le gusta la música como otra disciplina, pero la danza la acompaña de toda la vida.
“Es el medio por el cual transmito todo y me permite expresar lo que siento y no puedo decir con palabras. A veces me estreso y me canso, pero es el único lugar donde no tengo problemas”, puntualizó la bailarina.
Sol Pereyra Dabadíe, es un claro ejemplo de dedicación y esfuerzo. ///
FTE ECOS DIARIOS
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