Martes Santo (15 de abril)
Significado. El Martes Santo nos invita a reflexionar sobre las ocasiones en que estamos tentados a abandonar la vida cristiana o a desdecirnos de nuestra fe. Tanto la mezquina intención de entregar a Jesús (que aturde a Judas) como las tres negaciones (de las que se lamentará Pedro), son un llamamiento a la confianza en los caminos del Padre y a que el corazón cambiante no se separe de una conciencia coherente.
Oración de la mañana:
A las 8, en Santa María del Carmen.
A las 8.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
Via Crucis:
A las 18, en Nuestra Señora de Lourdes.
a las 18.30, en Nuestra Señora de la Merced.
Confesiones:
A las 16, en Sagrada Familia, en Santa Teresita del Niño Jesús y en Nuestra Señora de la Merced.
A las 17, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 17.30, en Santa María del Carmen.
A las 18, en Nuestra Señora de Lourdes.
Misas:
A las 8, en Nuestra Señora de Luján.
A las 18, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 19, en Santa María del Carmen, en Nuestra Señora de Lourdes y en Nuestra Señora de la Merced.
Miércoles Santo (16 de abril)
Significado. Por razones de practicidad, en la tarde del Miércoles Santo, en la Iglesia Catedral de Mar del Plata se celebra la “Misa Crismal”, que en otros lugares se hace el jueves por la mañana.
En ella el Obispo bendice dos aceites que serán la materia de los sacramentos y sacramentales: el óleo de los catecúmenos (que significa la fortaleza del cristiano) y el óleo de los enfermos (que conforta y alivia en la enfermedad o la proximidad de la muerte). Se consagra también un tercer aceite, perfumado, el Santo Crisma, que se emplea en el bautismo, la confirmación y para la consagración de sacerdotes y obispos, y del altar de una nueva iglesia.
El sentido de esta misa en la Semana Santa es enseñar que los sacramentos son acciones salvadoras, cuya eficacia les viene del misterio pascual de Jesucristo. Los sacerdotes, por su parte, renovando las promesas de su ordenación y concelebrando la Eucaristía con el Obispo diocesano en esta Misa Crismal, expresan su comunión con él y renuevan su entrega al servicio del Pueblo de Dios a ellos confiado.
Oración de la mañana:
A las 8, en Santa María del Carmen.
A las 8.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
Via Crucis:
A las 18, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (con Comunión) y en Nuestra Señora de Lourdes.
Celebración de la Palabra:
A las 19, en Nuestra Señora de Lourdes.
Misa:
A las 8, en Nuestra Señora de Luján.
Misa Crismal:
A las 19, en la Iglesia Catedral de Mar del Plata. Se bendicen el Óleo de los Enfermos y el de los Catecúmenos y se consagra el Santo Crisma. Además, los sacerdotes junto al Obispo y al Pueblo de Dios renuevan las promesas de su ordenación.
Jueves Santo de la Cena del Señor (17 de abril)
Significado. El Jueves Santo, al caer la tarde, se celebra la Misa en la que se revive la Última Cena del Señor con los apóstoles. En un clima de despedida, les deja el mandamiento del amor servicial, eco de su más grande servicio al Padre y a los hombres, que llevará a extremo en la Pasión y en la muerte de cruz. Jesús cambia el contenido de las bendiciones tradicionales judías sobre el pan y el vino, convirtiéndolos en su propio Cuerpo y Sangre.
Al confiárseles Él mismo como “Pan de vida y Bebida de salvación” en abundancia, Jesús hace de sus discípulos los primeros sacerdotes, para que esta “alianza nueva y eterna” se actualice continuamente en las comunidades que ellos presidirán en su Nombre, “hasta que Él vuelva”. La Misa de este día enseña que toda Eucaristía auténtica debe ser siempre “fuente y cumbre” del amor querido por Cristo. Dos gestos así lo resumen: el rito del lavado de los pies y la ofrenda de alimentos para los más necesitados.
Oración de la mañana:
A las 8, en Santa María del Carmen.
A las 8.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
Encuentro de Jesús Eucaristía con los Niños:
A las 10, en Santa Teresita del Niño Jesús.
A las 10.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 11, en Santa María del Carmen (acercar alimentos para Cáritas).
A las 15, en Sagrada Familia.
Via Crucis:
A las 15, Via Crucis Ribereño, desde Puente Aramburu hasta Las Cascadas.
Confesiones:
A las 9.30 y a las 16, en Nuestra Señora de las Mercedes.
A las 17, en Nuestra Señora de Lourdes.
A las 18, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 20, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 21.30, en Santa María del Carmen.
Misa de la Cena del Señor (con ofrenda de alimentos para Cáritas) y adoración eucarística:
A las 16.30, en el Hogar García Landera.
A las 18, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 19, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 20, en Santa María del Carmen, en Nuestra Señora de Lourdes, en Santa Teresita del Niño Jesús y en Nuestra Señora de la Merced.
Viernes Santo de la Pasión del Señor (18 de abril)
Significado. Para los cristianos es una jornada de silencio y reflexión, no sólo cuando se concurre a una iglesia sino también en los propios hogares y actividades (por lo cual es día feriado), como expresión exterior de acompañar a Cristo en el acontecimiento de su muerte. Unidos a esto también se practican, en las comidas del día, el ayuno y la abstinencia de carne (o de otra cosa que se quiera ofrecer para unirse al sacrificio de Jesús).
En forma más intensa se hace el rezo del Via Crucis (palabras que significan “el camino de la Cruz”). Puede hacerse en forma “viviente” en las calles, representando las escenas bíblicas con actores reales, lo que tiene un fuerte impacto popular. La otra forma es el recorrido en grupos por el interior de los templos, que consiste en detenerse en cada uno de los 14 cuadros que contienen los momentos de la “vía dolorosa de Cristo” (desde el juicio de Pilato hasta el sepulcro) y en cada escena ofrecer oraciones y meditar el sentido que debe tener hoy la Pasión y la Muerte del Hijo de Dios. Otra costumbre es peregrinar por los distintos templos de la ciudad (lo que se llama “Visita de las Siete Iglesias”) con el mismo propósito de rezar y reflexionar.
Este es el único día del año en que no se celebra la Misa. Pero, cerca de las tres de la tarde, se hace la Celebración de la Pasión del Señor, que consta de tres partes. En la primera, la lectura de la Palabra (resaltando el relato de la Pasión según san Juan) y las oraciones por la Iglesia y por todo el mundo. En la segunda, se hace la Adoración de la Santa Cruz, que se toca con la mano o se besa. En la tercera parte, se distribuye la Comunión (que fue guardada de la Misa del Jueves Santo). Es un día que también ofrece el clima espiritual apropiado y horarios especiales para acercarse al sacramento de la Reconciliación o Confesión, en preparación para la festividad pascual.
Oración de la mañana:
A las 8, en Santa María del Carmen.
A las 8.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
Via Crucis:
A las 8.30, en el Hogar García Landera.
A las 16, en Santa María del Carmen y en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya (ambas, desde el templo, por las calles), en Nuestra Señora de Lourdes, en San José Obrero y en el Hogar Raimondi.
A las 17, en Comunidad San Francisco.
A las 18, en Santa María del Carmen (en el templo) y Sagrada Familia (por el barrio), y en Nuestra señora de la Medalla Milagrosa.
Confesiones:
A las 9, en Santa Teresita del Niño Jesús.
A las 10 y a las 19, en Nuestra Señora de Lourdes.
A las 16, en Santa María del Carmen y en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 17, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
Celebración de la Pasión del Señor:
A las 15, en Santa María del Carmen, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya, en Santa Teresita del Niño Jesús y en Nuestra Señora de la Merced.
A las 15.30, en el Hogar García Landera.
A las 17.30, en Nuestra Señora de Lourdes.
A las 18, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (con Via Crucis).
Representación de la Pasión y Muerte del Señor:
A las 19.30, en el Camino de Sirga (519 y 562, Quequén).
Sábado Santo (19 de abril)
Significado. El Sábado Santo es el día en que Jesús, tal como se proclama en el Credo, “descendió a los infiernos”: su alma, realmente separada del cuerpo, se unió a las almas de los justos. Pero este descenso al reino de la muerte significará, a la vez, la victoria de Cristo sobre la misma. Se recuerda también el sufrimiento de la Madre (cuando bajan de la cruz a su Hijo y se lo entregan en brazos), con una oración llamada “Meditación (o Memoria) de los dolores de la Virgen María”. Desde la mañana hasta el atardecer los cristianos permanecen junto al sepulcro del Señor, prolongan el clima de silencio y oración del Viernes Santo, reflexionan sobre la entrega de Jesús y se predisponen para las celebraciones pascuales, entre otras cosas, acercándose al sacramento de la Confesión.
Al anochecer de este sábado se tiene una celebración muy festiva (de unas dos horas de duración), que es una espera de la Resurrección del Señor, llamada “Vigilia Pascual”. Se inicia con la liturgia de la luz, en la que se bendice un velón alto, el Cirio Pascual, de donde todos van tomando el fuego para sus velas, queriendo “ser luz” y “hacerse luz” para los hermanos. Prosigue con abundantes lecturas bíblicas, salmos y canciones, que muestran las maravillas de Dios desde la creación del mundo hasta el cumplimiento de sus promesas con la Resurrección de Cristo. A continuación, se bendice el agua, con la que son rociados los presentes al renovar con fervor su compromiso de bautizados. En la última parte de esta gran Noche, los creyentes participan de la mesa del Cuerpo y la Sangre del Señor Resucitado, que es la Eucaristía.
Via Crucis:
A las 8.30, en el Hogar García Landera.
Oración de la mañana y meditación de los dolores de la Virgen:
A las 8.30, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 9, en Santa María del Carmen y en Sagrada Familia.
A las 10, en Nuestra Señora de la Merced.
Confesiones:
A las 10, en San José Obrero.
A las 16.30, en Nuestra Señora de Lourdes.
A las 18, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 19, en Santa María del Carmen.
Vigilia Pascual:
A las 18, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 19, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
A las 19.30, en Nuestra Señora de Lourdes y en el Hogar García Landera.
A las 20, en Santa Teresita del Niño Jesús.
A las 21, en Santa María del Carmen y en Nuestra Señora de la Merced.
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor (20 de abril)
Significado. Al igual que la Navidad, el domingo de Pascua de la Resurrección del Señor es el día de máxima fiesta del cristianismo. Se celebran misas de gran tono festivo, lo cual se destaca en las canciones y en las aclamaciones de los fieles, como la continua repetición de “¡Aleluya!”, que quiere decir “¡Alabemos al Señor!”.
A partir de este importante domingo comienza un período de cincuenta días, también muy alegre, que culminan con la Ascensión del Señor, y la fiesta de la Venida del Espíritu Santo denominada “Pentecostés”.
Posterior al tiempo pascual, pero en conexión con el sentido de la salvación obrada por el Señor, hay dos domingos seguidos: uno dedicado a la Santísima Trinidad, y otro, al Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi).
En esta Pascua la Iglesia que peregrina en la diócesis de Mar del Plata (a la cual pertenecen Necochea, Quequén y la zona) invita a los bautizados a que “salgamos a ofrecer a todos la Vida de Jesucristo”.
Misas:
A las 8.30, en el Hogar García Landera.
A las 9.30, en Inmaculada Concepción de María (74 y 47) y en Nuestra Señora de Luján.
A las 10, en Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya.
A las 10.30, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y en Nuestra Señora de la Merced.
A las 11, en Santa María del Carmen, Nuestra Señora de Lourdes y Santa Teresita del Niño Jesús.
A las 16, en Comunidad San Francisco.
A las 17, en San José Obrero.
A las 17.30, en Sagrada Familia.
A las 19, en Santa María del Carmen, en Nuestra Señora de Lourdes, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y en Nuestra Señora de la Merced.
Las comunidades católicas que conformamos la zona Necochea, Quequén, Lobería, La Dulce y Juan N. Fernández, saludamos a todos los medios gráficos, radiales, televisivos y digitales y compartimos la alegría de la Pascua, la mayor festividad de la fe cristiana.
Les agradecemos una vez más el espacio que siempre dedican a nuestras múltiples actividades y celebraciones, haciendo posible que a lo largo del año “salgamos a ofrecer a todos la Vida de Jesucristo”.
¡Les deseamos a ustedes —y a sus familiares, amigos y colaboradores— una Pascua feliz y llena de bendiciones!
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