EL CLIMA

,,

9/16/2014

Un poco de historia: A 38 años de la noche de los Lápices

El 16 de septiembre de 1976, diez estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Ciudad de La Plata fueron secuestrados y desaparecidos tras participar en defensa de los reclamos por los derechos de los estudiantes secundarios, entre ellos el boleto secundario.
Una de las causas más conocidas de este hecho nefasto de la historia nacional fue que, ante el reclamo de la suspensión del boleto estudiantil, que habían conseguido los estudiantes secundarios en septiembre de 1975 , para detectar mediante un trabajo de inteligencia, quiénes eran los líderes (a quienes llamaban «potenciales subversivos») de cada escuela para luego ir a buscarlo. Junto al testimonio de uno de los sobrevivientes, Pablo Díaz, se ha popularizado la hipótesis de que los secuestros hayan sido consecuencia directa de aquel reclamo.
El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra “el accionar subversivo en las escuelas”. Este hecho es recordado como “La noche de los lápices”.
Cuatro de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura.
Este suceso fue uno de los más representativos dentro de la represión impuesta por la dictadura cívico militar argentina, ya que las desapariciones se realizaron sobre estudiantes, en su mayoría, menores de edad.
El caso tomó notoriedad pública en 1985, luego del testimonio de Pablo Díaz (uno de los sobrevivientes) en el Juicio a las Juntas. Él mismo participó de la creación del guion que llevó la historia al cine en 1986.
Según la CONADEP la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como «subversión en las escuelas», y que “los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires”.
Para que la muerte de los jóvenes caídas en la defensa de sus derechos, tenga un significado, es importante que se continúe siempre con la defensa de la formación de ciudadanos con capacidad de pensar, de discernir críticamente sobre sus propias razones, de escuchar otras posiciones y la de buscar formas de consenso que permitan la convivencia con justicia, con tolerancia, con solidaridad y con respeto. “Son Deberes de un Pueblo defender sus Derechos”.

No hay comentarios: