EL CLIMA

,,

1/15/2018

Se cumplen hoy 31 años de la desaparición de Celihueta

Era diciembre de 1986 cuando el mecánico tornero Carlos Celihueta y su esposa Ivis Vaio, una modista conocida por todos como “Mimí”, viajaron de Necochea a Mar del Plata junto a la mayor de sus dos hijas, Adriana (29). Los tres fueron unos días con la casa rodante para comprar las cosas que faltaban para la inminente boda de la chica, que acababa de recibirse de veterinaria.

Por la noche salieron a comer para festejar el cumpleaños de Carlos. Y luego se toparon con las Madres de Plaza de Mayo, que salían a la peatonal de Mar del Plata a hacer su recorrida. Mimí agarró fuerte del brazo a Adriana y le susurró: “¡Ay, qué triste que debe ser estar pidiendo por sus hijos!”.
Menos de un mes después, el 15 de enero de 1987, Mimí y su esposa vieron a Adriana por última vez.
“No laves los platos, mamá. Yo los lavo cuando vuelvo” . Mimí recuerda “como si fuese ayer” las últimas palabras que le escuchó decir a su hija antes de que saliera en el Dodge Polara de su papá, hacia lo de sus futuros suegros. Quería corroborar que el apellido O’Hara, de la madre de su novio, estuviese bien escrito en la tarjeta de invitación.

El auto fue encontrado a la mañana siguiente en el parque de Necochea Miguel Lillo: tenía las llaves sobre un asiento, la puerta del conductor abierta y los documentos de Adriana tirados en la arena. Adriana, no se sabe con qué fin se llevó esta noche un arma de su padre.
Pasaron cinco jueces por la causa y varios fiscales. También numerosos comisarios y funcionarios políticos que prometieron esclarecer este caso, quizá el más enigmático de la historia policial de la región.
Según el Código Penal, los homicidios prescriben a los 12 años de cometidos si no hay movimientos en la causa. Carlos a Mimí apuntaron siempre contra un veterinario que por entonces era delegado comunal de Quequén, localidad vecina a Necochea. Adriana trabajaba con él y ambos habían tenido un romance, pese a que él estaba casado, con dos hijos, y que ella estaba a punto de casarse.
Hubo excavaciones en la veterinaria y en el jardín de su casa. En el fondo del local, la Policía encontró un anillo de Adriana, del que sus padres tenían una pulsera haciendo juego, en un pozo ciego que fue tapado después de la desaparición. Hasta fue desmontado un médano completo buscando el cuerpo, sin éxito.
Carlos Celihueta se quitó la vida en octubre de 2011, inmerso en una gran depresión. Mimí, acompañada por su hija menor Silvia, continúa participando de las marchas de “Ni una Menos”, enarbolando la bandera de es hija que nunca más pudo volver a abrazar.

No hay comentarios: