El futuro es hoy, no esperemos que llegue la “126”.
Me parece que estamos errando el camino: la crítica, la defensa gremial no podemos abandonarla. Los funcionarios siguen trabajando, no se toman vacaciones, y cuando más tardemos en reaccionar, más difícil será equilibrar esta pulseada que nos viene ganando desde el 2003.
Por: Roberto P. Campi (*)
Las retenciones siguen en el 35%, gracias a la gesta del campo que impidió la puesta en vigencia de la más perversa de las resoluciones del kichnerismo, la 125.
En el 2.008 los iluminados defensores de esta resolución, nos decían que si bien no era favorable para el productor en momentos de precios en alza, nos iba a proteger en los casos de caída de los mismos.
Y acá estamos soportando la baja más fuerte del precio de la soja; sin embargo no escucho a Cantero, ni a Cheppi, ni a Rossi salir a aclarar que si la 125 estuviera vigente, aún con este bajísimo precio las retenciones estarían en el 36,5%. Hace falta que el precio internacional baje a menos de 387 Dólares la tonelada, para que la retención móvil fuera menor al 35%. ¡Que ayuda para el productor si es que queda alguno!
Pero dejemos atrás lo que pasó y pensemos un poco en el panorama futuro; el escenario a corto plazo es muy complicado; precios en baja, costos de producción, de vida e impositivos en vertiginosa alza, y agregamos la frutilla del postre: un Ministro de Agricultura al que se le ve poca cintura para aportar soluciones. En un conflicto supongo que sería capaz de lucirse, pero confrontando, no conciliando.
Hace falta invertir el ingreso de 140 hectáreas de trigo, para afrontar los gastos de siembra de 100 has el año próximo. Estamos mal, y si a eso le sumamos las señales que da la Presidente Fernández de seguir profundizando el modelo de transferir recursos del campo a la agroindustria, y al gasto público, vemos que nos espera una campaña 2011-2012 muy complicada.
Pero como si todo esto fuera poco el espíritu de la “pasividad” y la resignación tanto de los productores como de las entidades del campo, parece habernos invadido, y convalidamos con largos silencios esta política que tanto ha perjudicado al campo, y que sin dudas va de ahora en más a empeorar nuestros problemas. Pero seguimos mansos y callados, esperando y esperando que se produzca el milagro que no va a ocurrir, o que nos pongan la resolución “126” para enojarnos en serio.
Me parece que estamos errando el camino: la crítica, la defensa gremial no podemos abandonarla. Los funcionarios siguen trabajando, no se toman vacaciones, y cuando más tardemos en reaccionar, más difícil será equilibrar esta pulseada que nos viene ganando desde el 2003.
(*) Ingeniero Agrónomo - Productor agropecuario
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