Quequén tiene aroma a pueblo bueno. Y a esa memoria, a la de los aromas y a la de los tratos me remonto pensando, cuando estamos a horas de un nuevo Cumpleaños del pago.
Pueblo bueno y mágico, porque las horas pasan más lentas en tus lugares que en otros, entonces la charla, el paseo, el descanso de siesta larga, todo lo agradable es más disfrutable en tus calles de remanso.
Pueblo bueno y hermano, porque naciste de río, río que lame orillas para unirlas, sin importar lo que digan las cuestiones políticas o administrativas. Un mapa no va a separar lo que une la hermandad de tus mareas, de tus arenas extendidas como solidarias manos.
Pueblo bueno y romántico, porque nada sabe del amor el que no besó mirando tu mar alguna madrugada de sol celestino y cómplice. Querible y mágico.
Pueblo bueno y trabajador, porque tus hijos los pescadores, los camioneros, los rurales, los albañiles, tus hijas de fábrica y comercio, todos tus hijos meta pedal y pedal cada mañana buscando dignidad para la olla alimentada de lomo y sudor.
Pueblo bueno y fuerte, porque por dónde iría uno a buscar hombres y mujeres de verdad sino a tu vientre noble. Que no ha sido en vano el Monumento, gigante, de cara a las Islas porque tampoco en vano han sido esas muertes.
Pueblo bueno y anfitrión, por tu puerto de brazos abiertos al mundo para que lleguen y partan capitales y proyectos, historias que quedarán en los libros y en los mostradores de tus boliches viejos, los dos lugares sagrados para guardar memorias y secretos.
Pues Feliz Cumpleaños Quequén, pueblo hermano, mi pueblo bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario