Revalorizando la importancia de generar experiencias compartidas desde los ámbitos científico y educativo, se llevó a cabo un significativo encuentro y actividad en el Jardín de Infantes del Inst
ituto Nuestra Señora de Nueva Pompeya de los Reverendos Padres Capuchinos. La iniciativa fue coordinada por la institución y contó con la presencia de Pamela García Laborde, licenciada en Antropología e integrante del Laboratorio de Ecología Evolutiva Humana dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro.
En la ocasión, en la salita de 5 años se concretó un encuentro “que surgió a partir del interés del colegio, dado que los chicos estaban conociendo las partes del cuerpo, y como iban a ver el esqueleto humano, me invitaron. Primero, usamos títeres para incentivar que los chicos nombraran las funciones básicas del esqueleto, como sostén, movimiento y protección. Luego me fueron diciendo qué huesos o parte del cuerpo conocían, y a medida que participaban yo sacaba los huesos del esqueleto que tenemos de muestra en el laboratorio para realizar este tipo de actividades”, destacó García Laborde.
Agregó que “una vez que terminamos de armar el esqueleto real, trajeron uno de plástico ya armado y comparábamos uno con otro, destacando cada una de las secciones y su función. Además, los chicos identificaban en su cuerpo cada hueso que yo sacaba de la caja”. Por último, a los pequeños se les entregó un dibujo de un esqueleto para que lo pintaran; además, realizaron un esqueleto con masa y también colaboraron con la maestra en la confección de apuntes en el pizarrón.
En relación a la experiencia, García Laborde, expresó que “los chicos respondieron muy interesados, incluso, escucharon atentamente durante una hora y participaban con comentarios o buscaban en su cuerpo las partes del hueso que les mostraba. Fue muy lindo participar con ellos de una idea así y con gusto volvería a repetirla en otros establecimientos educativos”.
Al respecto, García Laborde destacó que “lo más importante es que en la comunidad se conozca nuestro trabajo para ofrecer nuestra colaboración y participación en el abordaje de aspectos generales vinculados a la investigación científica, no solo específicamente sobre antropología o arqueología”.
En la ocasión, en la salita de 5 años se concretó un encuentro “que surgió a partir del interés del colegio, dado que los chicos estaban conociendo las partes del cuerpo, y como iban a ver el esqueleto humano, me invitaron. Primero, usamos títeres para incentivar que los chicos nombraran las funciones básicas del esqueleto, como sostén, movimiento y protección. Luego me fueron diciendo qué huesos o parte del cuerpo conocían, y a medida que participaban yo sacaba los huesos del esqueleto que tenemos de muestra en el laboratorio para realizar este tipo de actividades”, destacó García Laborde.
Agregó que “una vez que terminamos de armar el esqueleto real, trajeron uno de plástico ya armado y comparábamos uno con otro, destacando cada una de las secciones y su función. Además, los chicos identificaban en su cuerpo cada hueso que yo sacaba de la caja”. Por último, a los pequeños se les entregó un dibujo de un esqueleto para que lo pintaran; además, realizaron un esqueleto con masa y también colaboraron con la maestra en la confección de apuntes en el pizarrón.
En relación a la experiencia, García Laborde, expresó que “los chicos respondieron muy interesados, incluso, escucharon atentamente durante una hora y participaban con comentarios o buscaban en su cuerpo las partes del hueso que les mostraba. Fue muy lindo participar con ellos de una idea así y con gusto volvería a repetirla en otros establecimientos educativos”.
Al respecto, García Laborde destacó que “lo más importante es que en la comunidad se conozca nuestro trabajo para ofrecer nuestra colaboración y participación en el abordaje de aspectos generales vinculados a la investigación científica, no solo específicamente sobre antropología o arqueología”.
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