Quequén, tu destino
Naciste rica de arena, tu bello río contemplan,
Lleva tu nombre tu niño, bella perla sudesteña,
Sopla el viento en tu bahía, canta el gorrión en su nido,
Ruge la ola en tu costa, alumbra el sol tu destino,
Ruge la ola en tu costa, alumbra el sol tu destino.
Tu rubia melena quitan, hasta llegar al cimiento,
Para adornar otras playas, para construir rascacielos,
Tus hijos originarios, al fuego hubieran danzado,
Pampa, mapuche, araucano, la guerra hubiera empezado,
Hachazo, flecha y lanzazo, por defender tu cabello,
Hubiesen dado su vida, por defender nuestro suelo.
Fueron pasando los siglos, desde que el blanco ha llegado,
Transformando tu universo, depredación a destajo,
Fuiste premio del gobierno, por los servicios prestados,
Si aquel que te había heredado, no hubiese sido mezquino,
Y hubiese abierto el camino, aunque con ello te pierda,
Creciendo al ritmo del tiempo, serías la más grande y bella.
Trabajando en la milicia, más tarde fue senador,
Al descubrir tu bonanza, tierra fértil, río y playa.
Hija del Inca y el Pampa, tu cuerpo lo emborrachó,
Quizás perdió la razón, al saberte bella y pura,
Y se encerró en su locura, egoísmo y ambición,
Te quiso solo para él, y mil veces te ocultó.
Tal vez quizás sin saber, que su amor estaba enfermo,
Por celos te puso un velo, y muy tarde comprendió,
Que te enterraba una daga, que te negaba el derecho,
De ser la reina sureña, la maquina del progreso.
Para que crezcan tus alas, y vueles lejos, muy lejos,
Para que crezcan tus alas, y vueles lejos, muy lejos.
Estoy soñando contigo, la luna alumbra tu río,
Sueño en tu Costa Bonita, y con Punta Carballido,
Sueño en tu campo perdido, estación Pieres querido,
Que te devuelven las costas, Arenas verdes, las Toscas,
La argentina, La clavija, y la estancia Moromar ,
Sueño y mi sueño es tan bello, que no quiero despertar,
Sueña mi pueblo y dormido, busca el médano que falta,
Y el campo verde y florido, que le cortaron por nada,
Que algún milico engreído, a tirado a la marchanta,
Regalándote a otros brazos, sin importar si llorabas,
Llora en sus sueños mi tierra, quedan dolores fantasmas,
Llora su herida mi tierra, quedan dolores fantasmas.
Sueña mi tierra y espera, que se rompa el maleficio,
Que se despierten sus hijos, ya es tiempo de engrandecerla,
Tocando un mismo tambor, obviando las diferencias,
Y si su rancho es tapera, habrá que hacer mas adobe,
Como trabaja el hornero, para cuidar los pichones.
Tu sangre se inunda en barro, cereal, gramilla y jazmín,
Sos el néctar de las rosas, del colibrí sutil vuelo,
Sos el embrujo del viento, que embriagado en tu belleza,
Para llevarte a su lecho, y convertirte en su reina,
Como rompiendo el hechizo, a de besarte en la arena.
Tu pureza sigue intacta, con el hollín no se opaca,
La herida aun sigue abierta, me inunda el pecho tu pena,
Quisiera abrazarte un día, y gritar con toda mi alma,
Que vas a ser siempre libre, que enterrare tus cadenas,
Que vas a ser siempre libre, que enterrare tus cadenas.
No sé si he de merecerme, llamarme hijo de tu suelo,
Porque no basta sentirte, hay que luchar sin remedio,
Si el capricho del destino, te ha quitado los derechos,
Si aquel que puede ayudarte, ha especulado con ello,
No habrá de ser un buen criollo, Dios lo perdone no sabe,
Que tu destino es ser libre, que crecerás como nadie,
Que serás un pueblo libre, la más bella, la más grande.
Carpa de la esperanza 30 de Marzo del 2014 — con Alfredo Barros y 45 personas más.
Naciste rica de arena, tu bello río contemplan,
Lleva tu nombre tu niño, bella perla sudesteña,
Sopla el viento en tu bahía, canta el gorrión en su nido,
Ruge la ola en tu costa, alumbra el sol tu destino,
Ruge la ola en tu costa, alumbra el sol tu destino.
Tu rubia melena quitan, hasta llegar al cimiento,
Para adornar otras playas, para construir rascacielos,
Tus hijos originarios, al fuego hubieran danzado,
Pampa, mapuche, araucano, la guerra hubiera empezado,
Hachazo, flecha y lanzazo, por defender tu cabello,
Hubiesen dado su vida, por defender nuestro suelo.
Fueron pasando los siglos, desde que el blanco ha llegado,
Transformando tu universo, depredación a destajo,
Fuiste premio del gobierno, por los servicios prestados,
Si aquel que te había heredado, no hubiese sido mezquino,
Y hubiese abierto el camino, aunque con ello te pierda,
Creciendo al ritmo del tiempo, serías la más grande y bella.
Trabajando en la milicia, más tarde fue senador,
Al descubrir tu bonanza, tierra fértil, río y playa.
Hija del Inca y el Pampa, tu cuerpo lo emborrachó,
Quizás perdió la razón, al saberte bella y pura,
Y se encerró en su locura, egoísmo y ambición,
Te quiso solo para él, y mil veces te ocultó.
Tal vez quizás sin saber, que su amor estaba enfermo,
Por celos te puso un velo, y muy tarde comprendió,
Que te enterraba una daga, que te negaba el derecho,
De ser la reina sureña, la maquina del progreso.
Para que crezcan tus alas, y vueles lejos, muy lejos,
Para que crezcan tus alas, y vueles lejos, muy lejos.
Estoy soñando contigo, la luna alumbra tu río,
Sueño en tu Costa Bonita, y con Punta Carballido,
Sueño en tu campo perdido, estación Pieres querido,
Que te devuelven las costas, Arenas verdes, las Toscas,
La argentina, La clavija, y la estancia Moromar ,
Sueño y mi sueño es tan bello, que no quiero despertar,
Sueña mi pueblo y dormido, busca el médano que falta,
Y el campo verde y florido, que le cortaron por nada,
Que algún milico engreído, a tirado a la marchanta,
Regalándote a otros brazos, sin importar si llorabas,
Llora en sus sueños mi tierra, quedan dolores fantasmas,
Llora su herida mi tierra, quedan dolores fantasmas.
Sueña mi tierra y espera, que se rompa el maleficio,
Que se despierten sus hijos, ya es tiempo de engrandecerla,
Tocando un mismo tambor, obviando las diferencias,
Y si su rancho es tapera, habrá que hacer mas adobe,
Como trabaja el hornero, para cuidar los pichones.
Tu sangre se inunda en barro, cereal, gramilla y jazmín,
Sos el néctar de las rosas, del colibrí sutil vuelo,
Sos el embrujo del viento, que embriagado en tu belleza,
Para llevarte a su lecho, y convertirte en su reina,
Como rompiendo el hechizo, a de besarte en la arena.
Tu pureza sigue intacta, con el hollín no se opaca,
La herida aun sigue abierta, me inunda el pecho tu pena,
Quisiera abrazarte un día, y gritar con toda mi alma,
Que vas a ser siempre libre, que enterrare tus cadenas,
Que vas a ser siempre libre, que enterrare tus cadenas.
No sé si he de merecerme, llamarme hijo de tu suelo,
Porque no basta sentirte, hay que luchar sin remedio,
Si el capricho del destino, te ha quitado los derechos,
Si aquel que puede ayudarte, ha especulado con ello,
No habrá de ser un buen criollo, Dios lo perdone no sabe,
Que tu destino es ser libre, que crecerás como nadie,
Que serás un pueblo libre, la más bella, la más grande.
Carpa de la esperanza 30 de Marzo del 2014 — con Alfredo Barros y 45 personas más.
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