EL CLIMA

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4/01/2015

Mensaje del Sr. Presidente del Honorable Concejo Deliberante del Partido de Necochea, Dn. Pablo P. Aued, en ocasión de la Inauguración del Periodo de Sesiones Ordinarias del Año 2015.


Mensaje del Sr. Presidente del Honorable Concejo Deliberante del Partido de Necochea, Dn. Pablo P. Aued, en ocasión de la Inauguración del Periodo de Sesiones Ordinarias del Año 2015.
Agradecerle al Sr. Intendente Municipal (I), Don José Luis Vidal la gentil visita a este Cuerpo; a los Sres. Funcionarios del Departamento Ejecutivo; Sres. Integrantes del Consejo Escolar; de las Fuerzas de Seguridad; del Poder Judicial; de la Delegación Regional del Ministerio de
Trabajo de la Provincia de Bs. As.; del Consorcio de Gestión del Puerto Quequén; de la Cámara Comercial e Industrial; de la Usina Popular Cooperativa; de los distintos Sindicatos y de los distintos Partidos Políticos; de las distintas Asociaciones Vecinales y Organizaciones No Gubernamentales del Distrito; de los distintos Colegios Profesionales; Sres. Trabajadores de los Medios y Periodistas; Sres. Trabajadores de este Cuerpo; Sres. Concejales; Vecinos y Vecinas.
Estamos, hoy, dando cumplimiento con la exigencia que nos refiere la Ley Orgánica de las Municipalidades en su art. 68, la que contempla el hecho que nos convoca: la inauguración de un nuevo Periodo de Sesiones Ordinarias en este Departamento Deliberativo, el que se extenderá hasta el día 30 de Noviembre de este año. 
Año que reviste -en términos políticos- de una medular gravitación, puesto el foco en la nueva representación que se alumbrará -inexorablemente- a partir del proceso electoral que se cristalizará en los próximos meses. Cada elección de un nuevo intendente es –siempre- una chance colectiva y republicana de renovar las expectativas por una comunidad, que pretende estar, ciertamente mejor.
Proceso electoral, que ojala Dios disponga iluminar en todos sus capítulos y en todos sus sentidos, que esté signado por una gran y variada oferta de ideas y proyectos partidarios, con el debate serio y responsable como columna vertebral de la contienda, sin campañas sucias ni golpes descalificadores, sin falacias surgidas en las siempre claras operaciones pagadas, sin el internismo por el internismo mismo -generado a veces por los propios partidos políticos que no saben ni pueden engendrar sus ordenamientos internos-, que sea en paz y con concordia, para que –finalmente- sea el soberano quién –tamizando esas mismas propuestas y en plena libertad de conciencia y acción- decida cuál de sus coterráneos, es el más indicado para llevar las riendas del gobierno del distrito, desde el próximo 10 de diciembre. 
Los necochenses deben, necesaria y prontamente, generar -con su voto- una ordenación cabal de los liderazgos locales; ‘orden’ que amolde y encaje a la representación política vernácula en este singular y particular momento que nos abriga en la vida democrática comunitaria. Que la legitimidad resultante -no sólo la de “origen”, sino la “de ejercicio” que deviene únicamente de la legalidad y del compromiso asumido ante el Cuerpo Electoral, en todos y cada uno de los actos de gobierno- invista a un nuevo gobierno que deba – y pueda- encarrilar a la comunidad toda, en una senda virtuosa de progreso colectivo; carril que nunca debimos haber abandonado. 
La postal ciudadana -decadente y atrasada- que duele, golpea y amarga a los sentidos, obliga a todos a recapacitar sobre la ardua empresa que tenemos por delante, sincerando –primariamente- el turbador estado de cosas, y siendo realista –sin eufemismos ni escapismos ni mamparas decorativas- con las fórmulas para resolver, o tratar frontalmente al menos, cada uno de los problemas comunitarios que aquejan al vecino. 
La gente entiende que la política, no ha sabido, ni ha podido resolverle los problemas diarios que surgen de coexistir en una gran vecindad común; y no se equivoca. Ojala que la campaña ofrezca menos fotos en las redes sociales, o meros ‘ensambles’ con candidatos nacionales y provinciales; y más respuestas, de las reales y palpables, a los grandes y urticantes temas de la agenda local. 
Da la sensación que Necochea no resiste más la mala praxis de la política lugareña a la hora de administrar los esfuerzos contributivos y los propios destinos ciudadanos; como aquel cuerpo dolorido de ese enfermo, que no soporta más un mínimo yerro del médico, en el marco de una agonía constante. Un estado que ha ampliado, a veces de manera torpe e inoperante, su tamaño y la propia pretensión de abarcar más -pero no en la eficiencia en la prestación de sus servicios indelegables-, hace que los esfuerzos y los recaudos que se tomen por delante, sean extremadamente mayores. 
Estoy convencido que el gobierno que venga, no tendrá margen alguno para improvisar; deberá tener funcionarios que no sepan de horarios familiares, hombres y mujeres que estén dispuestos a dejar lo mejor de sí, para la tarea que se avecina, que sean idóneos y creativos, osados y preparados; que se disponga de un plan de gobierno –cierto y puntual- que pueda y sepa atacar todas y cada una de las exigencias comunitarias de manera efectiva y urgente, con herramientas de gestión novedosas y calificadas para poder ser puestas en práctica rápida y eficazmente. Un intendente que lidere y convoque a esa gran cruzada colectiva, que nos sacuda definitivamente de la modorra, nos libere de la anomia, y nos lleve a un sitial más próximo a los objetivos cumplidos y a la realización colectiva.
Las obras y avances ciudadanos que hacen que Necochea no luzca tan rezagada –a título estructural-, han venido de la proyección y de la propia materialización de algunas organizaciones de la vida civil, esfuerzos y logros que –indubitablemente- no son gubernamentales, o muchas veces del propio sector privado, que ha sabido dotarse de la frescura y la vitalidad para la consecución de logros, acorde a lo que los tiempos requerían.
Sigo pensando como lo decía hace exactamente un año, y en este mismo lugar, que la desidia, la falta de proyección y previsión de la dirigencia comunitaria, la improvisación constante y sonante, el egoísmo y la mezquindad de algunos actores estelares, un cúmulo sistemático de decisiones desacertadas a través del tiempo, la falta de acompañamiento de distintos gobiernos centrales y una política pública de carácter espasmódica e indolente, con la ausencia de una agenda consensuada que detente un complejo sostenido de políticas a largo plazo, sumado a un asfixiante espíritu conservador, furibundo y cansino propio de algunos sectores retrógrados de nuestra sociedad, se han conjugado en cierta pócima tóxica para el anhelado desarrollo sostenido de nuestro Distrito. 
Debemos sincerar el diagnóstico y definir los objetivos, optimizando la gestión de los servicios actuales pero potenciando –concomitantemente-, las aptitudes del Estado local. Refinanciar a este estado municipal –claramente desfinanciado- es una tarea neurálgica. No es muy creíble la noción que estipula la mejora sustancial en la prestación de los servicios actuales y el afrontamiento de obras públicas propias con un presupuesto nutrido –solo- por las vertientes actuales. Lobería -a título de ejemplo- posee un presupuesto municipal per cápita de casi 9500 pesos, Necochea apenas llega a los 5000. 
Otro punto vertebral, es la carencia –a todas luces- de una mirada estratégica como comunidad organizada, y eso será central para el gobierno que venga. Debemos tener un Plan de Desarrollo Integral que nos marque adonde, cómo y por dónde ir. La Municipalidad de Necochea debe volver a recuperar el rol de brújula rectora, que defina y ordene -necesaria y sustancialmente- el rumbo en la senda del progreso citadino. 
Este Cuerpo, con sus achaques y sus logros, ha sabido instituirse como el garante de la institucionalidad política del distrito, en el marco de una -aún- no cicatrizada y pavorosa crisis política, surgida a partir, de la suma sistemática de desaciertos generados desde el propio seno del partido de gobierno; más allá de lo que puedan decir algunos, plenamente relegados, en la contemplación y consideración ciudadana. 
La atomización política que estamos viviendo, sumado a la crisis de representación de los propios partidos políticos, no ha sido óbice en este Cuerpo, para encontrar ciertos puntos de encuentro en el camino parlamentario. La coincidencia de todo el arco político, en algunos temas normados últimamente, resulta ciertamente aliviador. Ha primado el dialogo y la búsqueda de consensos, de manera infatigable. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que tenemos un Concejo más ágil, más ordenado y más moderno en su faz operativa, y en la propia relación con la comunidad. Anhelamos cumplir, durante este año que nos resta de mandato, con todas las metas que nos impusimos allá por diciembre de 2013; cuando todos mis pares supieron honrarme con este Presidencia. 
La recuperación del sentimiento, que otrora nos permitía apreciarnos orgullosos de vivir en esta bendita comunidad, de ese sentido de pertenencia perdido, debe doblegar finalmente a la desazón, al malestar y al disconformismo actual. Salir de la trampa perversa que nos presenta la noción de ‘lo que supimos ser y ya no somos’; al esperanzador y posible ‘volver a ser’.
Sigo creyendo que una cruzada colectiva, vigorosa y sin tregua, nos acercará al gran objetivo común como pueblo, que posibilite dejar atrás al individualismo, la inmadurez dirigencial y la desconfianza recurrente del soberano, ante cada promesa de gobierno. 
Un nuevo contrato social debe emerger y formalizarse, el cual debe erigirse como un ungüento virtuoso que remedie tanta difidencia y descredito, que sepa reconciliar –de una vez por todas- a representantes y representados, que sirva de basamento válido para sepultar los desencuentros y las antinomias constantes, y que resulte en un plafón virtuoso que nos lleve al destino obligado de grandeza y de realización común que esta incomparable tierra, cuna de nuestros antepasados, propia y de nuestros hijos, se merece de una vez por todas. 
Les agradezco enormemente su tiempo y su invalorable presencia. Dejando un saludo de corazón para nuestros Héroes de Malvinas. Les deseo unas Muy Felices Pascuas. Muchísimas pero muchísimas gracias a todos.

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