Si bien el anuncio oficial se realizará a fin de mes, Ecos Diarios pudo conocer algunos detalles de la más que esperada obra, ya que desde hace años, al saturarse la capacidad de transporte del gasoducto, no se han podido hacer nuevas conexiones, lo que ha afectado a decenas de construcciones en nuestro medio, entre ellas varios edificios.
La empresa que distribuye el fluido en una amplia zona ha previsto una inversión de $174.000.000 para llevar adelante la obra, que demandará ocho meses de labor y que podría ponerse en marcha a fines de este año o principios de 2018.
Un caño paralelo
Se dio a conocer que el tramo de extensión del gasoducto que abastece a la región será de 12 kilómetros, con un conducto de 16 pulgadas.
La obra consistirá en la construcción de un caño paralelo al ya existente, que irá enterrado y duplicará el caudal de gas que llega actualmente a nuestra ciudad, Lobería y San Cayetano.
“El caudal de paso del gasoducto llegó al límite de su capacidad de transporte para nuevas conexiones en Necochea y la empresa en su momento privilegió garantizar el servicio a los actuales usuarios por sobre los futuros, tal cual lo determina el marco regulatorio”, adujo una fuente consultada.
Se dejó en claro que la cuestión de que no se hayan podido hacer nuevas conexiones no tiene que ver con la falta del recurso (gas) sino por la falta de capacidad de la cañería, que se construyera en su momento para abastecer del servicio a la Central Termoeléctrica de nuestra ciudad y que posibilitó la extensión a la red domiciliaria de Necochea y Quequén.
La extensión no será con personal de la empresa y la obra será licitada en breve. Si bien se afirmó que “no es una obra compleja”, se subrayó que “igualmente tiene su particularidad”.
En cuanto al material esencial de la obra se dejó en claro que no ha variado desde la concreción del anterior, ya que se trata de caños de acero.
Inversión obligatoria
La confirmación de la extensión del gasoducto surgió a partir de la actualización del cuadro tarifario, concretada en abril de este año, que destrabó la imposibilidad de las empresas distribuidoras de hacer inversiones para extender sus redes de gas.
Tras la audiencia pública celebrada a fines del año pasado en Bahía Blanca, el Ministerio de Energía de la Nación y el Enargas establecieron las nuevas tarifas.
Se explicó que dicho cuadro tarifario está asociado a un plan de inversiones obligatorias, y por la resolución 4.358 del 1º de abril de este año las compañías distribuidoras se comprometieron ante el Enargas un plan de inversiones para mejorar el servicio.
“Esta situación deja en claro que detrás de una suba tarifaria en el gas, que no es amigable, al menos conlleva la realización de obras tan necesarias como la de Necochea”, se ha argumentado.
La del gasoducto es una de las 71 obras que deberá encarar la empresa en el periodo de los próximos cinco años, que en su totalidad le generarán una inversión de $4.500.000.000.
Larga demanda
La saturación de la red que abastece del fluido a Necochea y la región ha generado en los últimos años un constante reclamo de vecinos afectados, ya que muchos han construido y no pueden contar con el importante servicio.
El tema también ha sido materia de preocupación de los intendentes Facundo López (Necochea), Miguel Gargaglione (San Cayetano) y Juan José Fioramonti (Lobería), que hicieran varias gestiones al respecto.
En tal sentido se llevaron adelante trámites ante el gobierno provincial y la prestadora del servicio, que en su momento negó la posibilidad de ejecutar la obra, por su millonario costo.
Posibilidad para seguir creciendo
Fuentes cercanas al proyecto dieron cuenta que la extensión del gasoducto permitirá que puedan hacerse “todas las conexiones” que se demanden en Necochea, por el lapso de los “próximos cinco años”. De esta forma se aseguró que “se contempla como mínimo un escenario de crecimiento de cinco años y luego se confirmarán nuevas obras”.
La posibilidad de contar con esta extensión, que duplicaría el caudal de fluido que llegará a nuestro medio, cuando se concrete significará una esperada respuesta para cientos de vecinos que en los últimos años demandaran el servicio e hicieran campañas de junta de firmas para tratar de lograr respuestas.
La posibilidad de contar con esta extensión, que duplicaría el caudal de fluido que llegará a nuestro medio, cuando se concrete significará una esperada respuesta para cientos de vecinos que en los últimos años demandaran el servicio e hicieran campañas de junta de firmas para tratar de lograr respuestas.
Es que la no posibilidad de hacer nuevas conexiones de gas natural ha pisado el freno a la construcción de edificios, lo que ha obligado al uso de
zeppelin o tubos de gas para alimentar las cañerías, así como también instalaciones eléctricas.
Queda claro que la concreción de la obra, y la alta demanda existente en materia de conexiones en Necochea, generará un rápido y cuantioso requerimiento en nuestro medio.
En la actualidad la distribuidora de gas natural cuenta en Necochea y Quequén con 30.000 domiciliarios y empresas conectados, de los cuales 8.600 abonan la tarifa social, es decir casi el 29% del universo de usuarios
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