A través de distintos programas. Hay 16 comedores a los que asisten unos 450 chicos. Unas 700 familias reciben frazadas, leña y garrafasLa tarea del área de la Municipalidad de Desarrollo Humano, se
encuentra en estos momentos cubriendo bastantes necesidades de vecinos
de nuestra ciudad. Por un lado, tienen a su cargo cuatro comedores, que
funcionan de lunes a viernes y atienden a 208 chicos. A su vez, a través
de un convenio con iglesias evangélicas, sumaron atención en doce
lugares diferentes los fines de semana, generalmente los sábados.
“Empezamos por seis iglesias, trabajando cupos de 20 y ya estamos con
238 chicos”, mencionó Jimena López, secretaria de Desarrollo Humano, en
diálogo con Ecos Diarios. Asimismo, destacó que la concurrencia empezó a
crecer cada fin de semana.
Demanda
En menos de dos meses se duplicó la demanda contemplada. Al comenzar
calculaban un número de 120, que fue superado ampliamente y creen que
pueden llegar a un total de 500 personas a fin de año.
“La crecida de los comedores pone en relevancia el empobrecimiento de
la población en general”, sostuvo López, y consideró que se vuelven a
utilizar estrategias de supervivencia que creían saneadas. En los más
chiquitos, la falta de una buena alimentación, como evidencian en
algunas familias, afecta el crecimiento y las posibilidades de
aprendizaje, generando desigualdades múltiples. “Se está postergando una
generación”, manifestó, creando diferencias a la hora de aprender,
tomar una actitud crítica y hacer deportes, por ejemplo, porque hay
cuestiones de desarrollo que no están aseguradas. La alimentación, es
fundamental, indicó. Así, sin herramientas, se está reproduciendo la
pobreza, indicó, haciendo más difícil insertarse en el mercado laboral, y
anteriormente, terminar los estudios. Por esto, la intención es generar
un piso de condiciones de igualdad.
Asistencia
Hay un equipo de cuatro asistentes sociales fijas y trece más en
territorio, a las que se suman diez psicólogas. “Esta gestión duplicó la
cantidad de recursos que había puestos en el servicio local para
situaciones de emergencia con los pibes”, sostuvo López.
En cuanto al invierno, este año la asistencia fue más alta. Hay 200
familias asistidas en calidad de subsidios económicos, que cobran entre
$5.000 y 8.000. Además, hay 700 familias que reciben mercadería:
frazadas, leña. Otras, recibieron un total de 713 garrafas, cifra que
duplicó la de años anteriores.
Por otro lado se colabora tras algún fenómeno de la naturaleza con
chapas, otros materiales, mano de obra y otros elementos para quienes
sufren roturas en sus viviendas
Se cuenta asimismo con el Fondo de Fortalecimiento de Programas
Sociales, que consiste en dinero que se dispone para todos los
municipios, en donde todos los años se debe presentar un proyecto de
cómo se va a repartir porcentualmente ese fondo. Tiene que ver con la
posibilidad de comprar alimentos, entre otras cosas. A su vez, han
gestionado tres camiones con mercadería, chapas, colchones, y almohadas.
“No hay gran disponibilidad de fondos, por eso muchos de los
municipios salimos a responder con fondos propios y la gestión es
permanente”, expresó López.
Gestión
López, puso énfasis en que siempre están trabajando en base a
proyectos y programas propios que adaptan a partir de fondos
provinciales y el foco, está puesto en lo que es infancia. Se trabaja en
un programa preventivo de seguimiento del recién nacido hasta los tres
años, como una política de Estado, para evitar situaciones de riesgo a
futuro.
“En un contexto de pobreza hay que trabajar lo preventivo”, expresó
López. Para ella, la anticipación ayuda a evitar las dificultades de
recuperar una situación ya estallada: poder gestionar tempranamente las
cosas.
Ver a los recién nacidos, saber cómo están sus vacunas y su
alimentación, forma parte de esta política que pretende acercar y
ofrecer posibilidades de accesibilidad. Atención Primaria es un pilar
sustancial en este trabajo.
También, a través del programa Barrio Cultura, se lleva acceso
gratuito a deportes y talleres artísticos para 300 chicos. Y además, hay
otros 350 en las escuelas municipales de natación, que se generaron a
través de convenios con las piletas locales. De esta manera, chicos de
diferentes barrios van en micro a nadar una vez por semana durante 45
minutos.
Para los más grandes, el programa Envión, los lleva los viernes a
realizar natación. El deporte, sostuvo López, impone algo que tiene que
ver con entender reglas y poder compartir, y genera disciplina en la
constancia. En situaciones de vulnerabilidad, para ella, es importante
que se aprenda a sostener la constancia como norma de vida.
“Para nosotros es fundamental apostar al desarrollo artístico y
deportivo para poder tener más cerca a los chicos”, sostuvo López, para
saber cómo va su desarrollo; “es un puente para sacarlos de la calle”,
afirmó.
ftte/// elecos.com.ar

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