El distrito 135 de la Provincia cumplió su primer aniversario. El intendente, Marcelo Racciatti, considera bueno su gobierno. La oposición marca sus diferencias, y los vecinos recuerdan la lucha por la a
utonomía
Llega diciembre y los municipios comienzan a realizar su balance. De los 135 distritos, hay uno que se lleva todas las miradas: Lezama. En las últimas horas, la comuna administrada por el oficialista Marcelo Racciatti cumplió un año de gestión.
“La de ayer fue una jornada que va a quedar en la historia, después de tantos años de lucha”, había dicho el jefe comunal al día siguiente de haber sido elegido el primer intendente de la localidad.
Después de mucho tiempo de disputas y reclamos, los ciudadanos del nuevo municipio vivieron su primer año como autónomos, y aceptan analizar lo bueno y lo malo de 2011, ya lejos del gobierno de Chascomús.
Lezama logró su autonomía en diciembre de 2009, pero recién en el mismo mes de 2011 asumió su primer gobierno municipal. Vale recordar que en las elecciones generales, las listas que los votantes encontraron en el cuarto oscuro fueron la del Frente para la Victoria, que llevaba a Marcelo Racciatti como candidato a intendente; la de Udeso, que proponía como alcalde a Julio César Alfonsín; la de los vecinalistas de Lezama x Lezama, que iba con Patricia Escala como postulante al sillón de la intendencia; y la del Frente Popular, que postulaba a Ubaldo Benítez como conductor de la gestión municipal.
Desde las huestes de la comuna señalan que “el balance es positivo”. Es cierto que Lezama creció si se compara con lo que era anteriormente, una simple delegación municipal de Chascomús. No obstante, y tal vez por ser novato, el jefe comunal aún no ha podido plasmar lo proyectado en la plataforma electoral. Es cierto también que en un año no se puede crear un supermunicipio; ésa es la primera respuesta que esbozan los funcionarios del Ejecutivo para acallar los reclamos opositores.
La Municipalidad tuvo que ponerse objetivos a corto plazo. A veinte días de haber asumido, el alcalde tuvo que pagar los sueldos a los empleados. Ese tema no fue tan fácil, ya que no existía un control real de los trabajadores. A eso había que sumarle la creación de todas las secretarías y direcciones que un municipio necesita.
Este año el intendente tuvo que crear la oficina de Compras, la Tesorería, organizar al personal, armar el despacho y firmar decretos; todas estas cuestiones, que tienen que ver con un necesario funcionamiento de la Municipalidad, eran algunas de las prioridades de la actual administración.
El gobierno de Marcelo Racciatti está adecuándose al ritmo que impone una gestión municipal y espera terminar el año de la mejor manera posible. Lezama está a la expectativa de alguna ayuda económica extra de Nación y Provincia. Mientras tanto, el alcalde camina por los pasillos de Gobernación tratando de interiorizarse sobre lo que puede pedir y lo que, realmente, le entregarán.
Llega diciembre y los municipios comienzan a realizar su balance. De los 135 distritos, hay uno que se lleva todas las miradas: Lezama. En las últimas horas, la comuna administrada por el oficialista Marcelo Racciatti cumplió un año de gestión.
“La de ayer fue una jornada que va a quedar en la historia, después de tantos años de lucha”, había dicho el jefe comunal al día siguiente de haber sido elegido el primer intendente de la localidad.
Después de mucho tiempo de disputas y reclamos, los ciudadanos del nuevo municipio vivieron su primer año como autónomos, y aceptan analizar lo bueno y lo malo de 2011, ya lejos del gobierno de Chascomús.
Lezama logró su autonomía en diciembre de 2009, pero recién en el mismo mes de 2011 asumió su primer gobierno municipal. Vale recordar que en las elecciones generales, las listas que los votantes encontraron en el cuarto oscuro fueron la del Frente para la Victoria, que llevaba a Marcelo Racciatti como candidato a intendente; la de Udeso, que proponía como alcalde a Julio César Alfonsín; la de los vecinalistas de Lezama x Lezama, que iba con Patricia Escala como postulante al sillón de la intendencia; y la del Frente Popular, que postulaba a Ubaldo Benítez como conductor de la gestión municipal.
Desde las huestes de la comuna señalan que “el balance es positivo”. Es cierto que Lezama creció si se compara con lo que era anteriormente, una simple delegación municipal de Chascomús. No obstante, y tal vez por ser novato, el jefe comunal aún no ha podido plasmar lo proyectado en la plataforma electoral. Es cierto también que en un año no se puede crear un supermunicipio; ésa es la primera respuesta que esbozan los funcionarios del Ejecutivo para acallar los reclamos opositores.
La Municipalidad tuvo que ponerse objetivos a corto plazo. A veinte días de haber asumido, el alcalde tuvo que pagar los sueldos a los empleados. Ese tema no fue tan fácil, ya que no existía un control real de los trabajadores. A eso había que sumarle la creación de todas las secretarías y direcciones que un municipio necesita.
Este año el intendente tuvo que crear la oficina de Compras, la Tesorería, organizar al personal, armar el despacho y firmar decretos; todas estas cuestiones, que tienen que ver con un necesario funcionamiento de la Municipalidad, eran algunas de las prioridades de la actual administración.
El gobierno de Marcelo Racciatti está adecuándose al ritmo que impone una gestión municipal y espera terminar el año de la mejor manera posible. Lezama está a la expectativa de alguna ayuda económica extra de Nación y Provincia. Mientras tanto, el alcalde camina por los pasillos de Gobernación tratando de interiorizarse sobre lo que puede pedir y lo que, realmente, le entregarán.
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