Después de que a finales del año pasado se decidiera el cierre del histórico Casino, han sido meses de negociaciones y de espera con el objetivo de encontrar alguna solución que pudiera mantener activo este símbolo de la ciudad, pensando especialmente en esos trabajadores cuya historia personal está ligada a la esta institución. El adiós del Complejo Casino estaba previsto para el final de la campaña estival, al acabar el mes de marzo. Ese mismo mes, se presentó al municipio una oferta por parte de la empresa Alaisa S.A. que proponía una fuerte inversión para convertir el Casino en un complejo hotelero de lujo. La Municipalidad de Necochea solicitó la documentación para formalizar esta oferta, aunque ya se sabe que la burocracia va despacio y por el momento no se ha concretado esta propuesta.
El acuerdo alcanzado para prorrogar el funcionamiento del casino hasta junio es un capítulo más en la larga –y complicada- trayectoria de este Complejo Casino que fue inaugurado en 1973. Su historia, sin embargo, se remonta a principios del siglo XX, a los inicios mismos de Necochea como ciudad.
En 1910 se fundó la sociedad Fomento de Necochea, responsable de impulsar varias obras importantes, entre las que está la del Edificio Casino. El proyecto, realizado por el arquitecto Juan Abel Adrián Waldorp (encargado también de la Rambla Municipal), se construyó en lo que hoy es la Av. 2, entre las calles 85 y 87, y fue inaugurado el 10 de enero de 1914. Ya entonces contaba con una superficie cubierta de 5.500 m² con varias salas entre las que había una de lectura, cine y un bar.
Posteriormente el casino fue trasladado a diferentes lugares de Necochea. Estuvo en el Necochea Hotel hasta 1956 y luego en el primer piso del Royal Hotel, donde permaneció hasta que se inauguró el Complejo Casino.
Del lugar en el que se emplazó el Complejo Turístico Casino de Necochea, llamado “La olla” por los necochenses, se extrajeron unos 90.000 m³ de arena. La primera piedra se colocó el 12 de octubre de 1968 y fue desarrollado en dos fases. El responsable del proyecto fue el arquitecto Roberto Quiroz y en aquel momento supuso todo un alarde de modernidad. Las formas del complejo y la dotación técnica del edificio le situaron como un referente en el continente sudamericano, durante años fue un lugar único.
En enero de 1975 se abrió la segunda fase del Casino, la que incluía el auditórium, la boite, una piscina que con sus trampolines y luz subacuática fue toda una innovación, la playa de estacionamiento exterior en la que cabían casi mil vehículos y los jardines.
El que fuera símbolo de la prosperidad necochense de los años 70 ha ido sufriendo los estragos del paso del tiempo, la falta de mantenimiento y las inclemencias de estar situado al lado del mar con una estructura metálica. La estocada definitiva para el Complejo Casino fue el incendio de 2001, que afectó a unos 2.000 m² y para el que se necesitaron 10 dotaciones de bomberos.
Se realizó una inversión de cerca de 900.000 pesos para remodelar el Casino, pero el complejo ya no volvió a disfrutar de sus años de gloria. Paradójicamente, la decadencia del casino coincide con un boom del juego en Argentina, que ocupa un lugar muy destacado en las competiciones de póker no sólo de América Latina sino también del resto del mundo. Sin ir más lejos, estos días se disputa un importante campeonato en Mónaco, la cúspide de los casinos, que puede seguirse en directo y en el que hay compitiendo una amplia representación argentina junto a los mejores jugadores del mundo.
Ha sido una lucha constante hasta alcanzar el momento en el que en cierto modo se “ha tirado la toalla”, aunque el traspaso a manos de privados puede ser una solución. Por el momento se inicia un período de tregua. Hasta el 27 de junio hay tiempo para que la situación cambie, aunque visto lo visto lo que haría falta para que se mantuviese esta “postal para la ciudad de Necochea” sería, además de mucha voluntad, casi un milagro.ftte//lanuevacomuna
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